sábado, 25 de febrero de 2012

Diferencias entre Países Desarrollados y en Subdesarrollo

          Si bien es cierto  que en  los países desarrollados se vive cada vez mejor, ya que se tienen  cubiertas las necesidades de alimento, educación, y salud; así como acceso a una gran variedad de satisfactores que pretenden  producir una integración económica y una  hegemonía mundial  también es cierto que los países en subdesarrollo o emergentes necesitan agilizar su  tarea política  a fin de cultivar estrategias que les permita la creación de un nuevo proyecto histórico a fin de obtener  una interdependencia del exterior en tecnología, y comercio que les de la seguridad de igualdad que necesitan para interactuar con el resto del mundo.


        Últimamente se han profundizado las políticas de integración económica a través de la formación de bloques regionales. Cada bloque se compone de un conjunto de países que firman acuerdos para llevar adelante políticas conjuntas. Estas políticas son predominantemente económicas pero también pueden afectar otras esferas, como las sociales.



       La integración en bloques no es nueva. Sin embargo, la competitividad actual, originada en los últimos cambios productivos y tecnológicos, lleva a privilegiar los intercambios entre países integrantes de un bloque.

      Generalmente, los bloques no funcionan como entidades homogéneas: por el contrario, hay diferencias internas, pronunciadas en ciertos casos, que llevan al dominio de un subgrupo de países o de uno de ellos por encima del resto.

       Por otra parte, con el avance de la globalización creció el comercio mundial, lo que justificó, por ejemplo, la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 1995.

       Este aumento de la integración comercial convive con fuertes políticas restrictivas, es decir, que ponen barreras al comercio entre diferentes países. Por ejemplo, Corea del Sur, Taiwán y el Japón están empezando a aplicar medidas para endurecer las restricciones a las importaciones de mercaderías chinas.

   Un aspecto notable es el valor que adquiere el comercio entre países contiguos geográficamente, integrados en un mercado regional. Los flujos comerciales se acentúan dentro de cada bloque económico donde existen medidas y normas preferenciales. Esto estimula la producción, el comercio y las inversiones de capital extranjero. Además, las empresas multinacionales tienden a privilegiar su inversión en determinados bloques económicos.

    Sin embargo, los resultados de la integración son distintos según el caso. La integración económica entre países no garantiza efectos homogéneos para cada país miembro. En el Mercosur, el principal cliente de la Argentina es el Brasil, mientras que la Argentina es el segundo cliente de Brasil. En los años noventa, el Japón desarrolló el 70% de su comercio en la región Asia-Pacifico.

      El 85% del comercio mundial se realiza entre los mismos países desarrollados, básicamente en torno de los Estados Unidos, el Japón y Europa. A esto se suma el crecimiento de las empresas transnacionales. Cerca de un 40% del comercio mundial de bienes constituye un intercambio entre filiales de empresas multinacionales. La tendencia actual del comercio consiste en exportar capitales para la adquisición o fusión de empresas antes que para otros fines.

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